martes, 17 de enero de 2012

InspYración: La historia de Bethany Hamilton

Bethany Hamilton nació en Hawaii, en 1990. Apasionada desde pequeña por el surf, lo practicaba con toda su familia. Hasta ahí, su vida era como la de cualquier chica. Bueno en realidad, no de cualquiera. No todos nacemos en Hawaii, un paisaje paradisíaco, ni dedicamos nuestro día a día a hacer surf.

Un dato importante es que Bethany se dedicaba a entrenar a diario porque quería dedicarse a ser surfer profesional, y de acuerdo a sus resultados en las competencias regionales, no habría obstáculo para lograrlo. En 1999, Rip Curl le propuso patrocinarla. Entre los años 2000 y 2002 ganó diferentes competencias y se posicionaba como una campeona y referente femenina para el surf. En 2003 todo cambió.



Practicando surf mar adentro, un tiburón la atacó; salvó su vida de milagro. Llegó al hospital local, habiendo perdido un 60% de sangre y por supuesto, su vida estaba en peligro. Gracias a un amigo de la familia que estaba con ella y actuó rapidamente, lograron salvarle la vida. 
Cuando despertó luego de la asistencia médica, Bethany se encontró con una dura realidad: había perdido su brazo izquierdo. Ya no podría surfear como antes. Todos sus sueños de competir y dedicarse profesionalmente al surf se habían terminado. 
Sin embargo, tan sólo un mes después del ataque sufrido, esta joven volvió a poner en practica su pasión. Imaginen esta actitud y coraje tan grandes, con tan sólo 13 años. En 2005 ganó la competencia nacional de Estados Unidos para menores de 18 años. Y así fue compitiendo como surfer profesional, trabajando con sponsors, entre muchas cosas más. Se volvió un modelo de inspiración para muchos jóvenes y adultos.

Convirtió su dificultad en una oportunidad.

Vi algunas de sus entrevistas y lo que me conmovió además de su entereza y capacidad para aprender nuevamente ante este contexto diferente, fue su convicción de que lograría lo que tanto quería. En una de sus apariciones televisivas, el entrevistador le pregunta si cree que ella va a volver a surfear alguna vez y ella responde que no cree, ella sabe que será así. 

Otra de sus acciones que me impactó, es que en un momento en que se sentía perdida y sin saber que debía hacer respecto al surf (le costaba mucho entrenar y claro, no tenía la misma agilidad para nadar y montar las olas) viajó a Tailandia, luego del Tsunami, con el fin de colaborar con los damnificados. Y a pesar de su dolor por la situación personal que estaba atravesando, logró levantar la mirada y notar que los más chicos, víctimas de la tragedia, tenían mucho miedo de volver a meterse al mar, a esas aguas que se habían llevado sus familias, sus hogares, sus vidas. Bethany les enseño a a volver a confiar a través del surf.


Esta historia me parece un ejemplo para los que a veces pensamos "no puedo". Y me deja dos reflexiones principales:

  • la primera, preguntarnos ¿cuál es la convicción que tenemos en nosotros mismos; cómo nos acompañamos en los momentos en los que pensamos "no puedo"? 
  • la satisfacción que la solidaridad nos genera, lo logran pocas otras situaciones. Es un "ganar-ganar"; ayudando a otros, también nos ayudamos a nosotros mismos.

Todos tenemos una fuerza interior que nos mueve. Activémosla. No es  necesario hacer grandes cosas para ayudar e inspirar a otros. Algunas veces tan sólo tenemos que levantar la mirada y ver que además de nosotros hay otras personas, que necesitan una palabra, una sonrisa, un gesto de esos que nos hacen notar "no estás solo". 

Pueden visitar la pagina de Bethany para conocer toda su historia; también les recomiendo que vean su película "Soul Surfer".  

La vida es como el surf, hay que montarse en la ola y si nos caemos, en vez de intentar desesperadamente salir a flote, es mejor relajarnos, no forzar la situación; la misma ola nos impulsará a la superficie...la misma vida.


(*) En la foto, Bethany Hamilton luego del accidente que le cambió la vida.

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